sábado, 1 de junio de 2013

La naturaleza humana


Ayer, conversando con compañeros de universidad sobre cuestiones políticas, me llamó la atención una cosa, que todos (personas inteligentes e instruidas) tenían idénticos argumentos a la hora de criticar al socialismo científico. Se podría pensar que entre ellos se daban esos mismos argumentos, pero a lo largo de la conversación se unieron más personas, y también éstas, sin haber oído nada de lo anteriormente hablado argumentaban de igual manera, con las mismas intenciones. Se venía a decir eso tan famoso de: “realmente lo que tú dices está bien, en teoría, pero no está hecho para los hombres, los hombres somos egoístas por naturaleza”. Fijaros en ese “por naturaleza”. ¿Cuál es la naturaleza humana? ¿Quién decide cual es? ¿Por qué todo el mundo piensa que es egoísta y cruel?

Este argumento, el de la “naturaleza humana”, es muy utilizado y ha sido ampliamente difundido por los ideólogos burgueses, que como si fueran sacerdotes, tratan de inculcar la legitimidad cuasi-religiosa del sistema capitalista de producción. “El hombre es malvado por naturaleza” –gritan a coro todos los tertulianos sobornados por los capitalistas- “el hombre es egoísta por naturaleza y por tanto, el comunismo es irrealizable”. Esto es puro anticomunismo, no se basa en ninguna verdad científica, pero en cambio, es un prejuicio muy introducido en nuestra sociedad. Si este argumento se hubiera utilizado en la época esclavista, ningún pobre desgraciado se hubiera liberado nunca, simplemente se hubiera contentado con decirse a sí mismo: “que le vamos a hacer, el hombre es malvado y esclavista por naturaleza, mi libertad es irrealizable porque va contra la naturaleza humana”. En aquella época, la del esclavismo, también había gentes que, como los tertulianos de hoy, cacareaban estas mentiras que hacían al esclavo más dócil, castraban su potencial revolucionario. Afortunadamente no se puede engañar indefinidamente a los explotados.


Los ideólogos burgueses obran de esta forma: defienden un sistema que anima a aplastar la cabeza del vecino, del compañero de trabajo, ponen al beneficio económico egoísta como el mayor de los valores, ridiculizan a los luchadores por la igualdad, satisfacen el hambre de los desheredados con limosnas y con caridad en vez de con un reparto de la riqueza…etc. A la vez que hacen todo esto, a la vez que propagan este veneno a los hombres y mujeres trabajadores les dicen: “sois egoístas por naturaleza”. Los comunistas contestamos con fuerza: “Si, la naturaleza de la sociedad burguesa que vosotros defendéis perturba y envenena las conciencias de la clase trabajadora de arribismo y de individualismo, pero acabaremos con esa naturaleza, construyendo un orden económico que lo permitirá.”