sábado, 17 de diciembre de 2011

La Revolución Permanente (II)


Hace tiempo escribí una entrada en la que explicaba según mi entendimiento en qué consistía la teoría de la revolución permanente, adjudicada a Leon Trotsky. Aquella entrada, sobre la cual me reafirmo punto por punto, la hice después de haber leído el libro de Trotsky sobre el tema, escrito en 1930. La obra de 1930 es una especie de compilación sobre dicha teoría, exponiendo una serie de ejemplos, como el de la revolución fallida de China, pero hoy vengo a comentar sobre otra obra de Trotsky donde la teoría está de forma más velada. Me estoy refiriendo a una obra escrita en la juventud del autor, cuando se acababa de desarrollar la revolución rusa de 1905 (12 años antes del triunfo de sus teorías y de los bolcheviques), es decir, estoy hablando para el que no lo sepa ya de Balance y perspectivas.

Esta obra se escribió en prisión, donde fue rápidamente retirada y censurada, de tal forma que Lenin no pudo leer el texto original hasta 1919. Este libro magnífico habla sobre la posibilidad de la revolución socialista en un país atrasado como la Rusia de 1905, y además expresa claramente las ideas de Trotsky sobre el futuro gobierno obrero. Aquellos que critican al autor repitiendo las mismas manipulaciones que los monaguillos de Stalin deben de repasar esta obra para contestarse ellos solos. En esta obra Trotsky habla a conciencia de la revolución permanente, pero en ningún apartado la describe como en un diccionario, solamente aplica dicha teoría a la hora de analizar situaciones históricas concretas, lo cual por cierto, es muy marxista. De la misma forma que Marx y Engels no describieron nunca a pies juntillas el materialismo histórico, sino que lo aplicaron a sus escritos, Trotsky aplica sus ideas a las situaciones determinadas.

Revolución permanente:

Lo primero que intenta el autor del libro es mostrar desde donde parte la situación objetiva de Rusia, desde donde parte el desarrollo económico y social. Concluye el autor, y no era difícil concluir en esto, que Rusia es la potencia imperialista más atrasada tanto en aspectos económicos como en aspectos sociales a principios del siglo XX. Para fundamentar esto solo hay que irse a indicadores económicos de la época donde vemos que la población urbana y por tanto “obrera” o “potencialmente proletaria” representaba en 1897 el 13% del total. Si comparamos la Rusia de 1900 con una gran nación capitalista como EEUU vemos que (según datos del propio libro de Trotsky) el primer país producía en sus fábricas mercancías por valor de 2500 millones de rublos, mientras el segundo producía por valor de 25000 millones de rublos (Rusia producía el 10% de lo que lo hacía EEUU).

¿Por qué Trotsky da tanta importancia a este estudio preliminar sobre la situación de atraso de su patria adoptiva (aunque luego tendría muchas más)? El marxismo dice que el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas (fábricas, tierra, nivel de desarrollo de la clase trabajadora, número de obreros…etc.), esto es, la infraestructura, implicará y condicionará las instituciones que esa sociedad se dé a sí misma para gobernarse, esto es, la superestructura. El propio Trotsky lo admite así en su libro, al reconocer que para que existan clases no productivas (como es el caso de la burguesía) ha de existir un plusproducto suficiente creado por la sociedad trabajadora que puedan expropiar. Pero según esta tesis, en Rusia el socialismo no podría llegar hasta que se desarrollasen mucho más las fuerzas productivas y crearan un proletariado fuerte y con conciencia de clase. Aquí es donde Trotsky empieza a hablar de la revolución permanente.

Es cierto que Marx y Engels preveían que la revolución socialista se iba a dar primero en países fuertemente industrializados y con proletarios fuertes como los cartistas ingleses o los obreros alemanes. No obstante, Rusia, contaba con un proletariado muy avanzado pero poco numeroso respecto al océano de campesinos de la estepa. ¿Qué tenía que decir el marxismo sobre la Gran Rusia? Según algunos, simplemente los rusos tenían que apoyar a los sectores de su burguesía progresista y implicarse en la revolución burguesa, que aún no se había desarrollado. Esto es una postura que los mencheviques y algunos pretendidos bolcheviques defendieron posteriormente, pero Trotsky ya en 1906 la refuta al afirmar lo siguiente:

“Es posible que el proletariado de un país económicamente atrasado llegue antes al poder que en un país capitalista evolucionado”

Para demostrarlo pone de ejemplo la Commune parisina, donde los obreros tomaron el poder en una ciudad de carácter pequeñoburgués y sin embargo no lo tomaron en los grandes centros industriales de Inglaterra o de Alemania. Trotsky completa esto con una afirmación rotunda:

“La idea de que la dictadura proletaria depende de algún modo “automáticamente” de las fuerzas y medios técnicos de un país, es un prejuicio de un materialismo económico simplificado hasta el extremo. Tal idea no tiene nada en común con el marxismo. En nuestra opinión la revolución rusa creará las condiciones bajo las cuales el poder puede pasar a manos del proletariado (y, en el caso de una victoria de la revolución, así tiene que ser) antes de que los políticos del liberalismo burgués tengan la oportunidad de desplegar completamente su genio político.”

Este destello de revolución permanente aparece en el capítulo titulado “revolución y proletariado” y es uno de las apariciones más claras de todo el libro, de ahí que la reproduzca por completo. Es decir, para Trotsky no es que Marx y Engels reservasen a las naciones atrasadas un segundo plano en el socialismo, sino que la interpretación que se había hecho de sus escritos era demasiado “nominal”, es decir, que se había omitido que las tareas de la burguesía democrática las pueden hacer los proletarios bajo su dictadura. Esto es marxismo según Trotsky, la adaptación del materialismo a las circunstancias propias de cada país, en este caso de Rusia, donde la burguesía estaba demasiado atrasada de su tarea revolucionaria (por la dependencia de otras burguesías extranjeras) y un proletariado muy avanzado al chocar con esta burguesía tan reaccionaria.

Un poco más adelante Trotsky profundiza en este tema al decir:

“El número de proletarios industriales, su grado de concentración, nivel cultural y su importancia política dependen, sin duda, del desarrollo de la industria capitalista (Hasta aquí refleja a Marx y Engels) Pero esta dependencia no es directa; entre las fuerzas productivas de un país y las fuerzas políticas de sus clases se interponen, en cada momento, diferentes factores sociales y políticos de carácter nacional e internacional… (Aquí se refiere a que debido al carácter dependiente de la burguesía rusa de sus homólogas extranjeras, su desarrollo político no puede avanzar más)

Aquí dice lo que todos hemos podido leer, es decir, que hay aspectos nacionales e internacionales propios de cada país que condicionan igualmente al desarrollo político e histórico de las clases, aunque también admite (y sería de no marxista el no hacerlo) que el desarrollo de la infraestructura es importante. Según entiendo yo, el desarrollo de las fuerzas productivas es una condición necesaria para la existencia de un proletariado fuerte y cohesionado, pero no es una condición suficiente, que debería de llegar con estos “diferentes factores sociales y políticos de carácter nacional e internacional”.

Para acabar de demostrar esta teoría Trotsky compara al obrero americano con el ruso; el primero, a pesar de ser mucho más numeroso y contar con un desarrollo económico superior, no juega un papel revolucionario aún, mientras que el ruso, a pesar de su atraso va la vanguardia de la lucha. Esta diferencia solo puede ser explicada por los factores sociales y políticos nacionales e internacionales que Trotsky cita en su párrafo. Cito para acabar este apartado una crítica del autor a aquellos que defendieron las posturas mencheviques posteriormente, solo que él la hace en 1906.

“Hay quien puede consolarse con el hecho de que las condiciones sociales de Rusia todavía no están maduras para un orden económico socialista, sin considerar que el proletariado en el poder es empujado inevitablemente, por toda la lógica de la situación a dirigir estatalmente la economía.”

Gobierno revolucionario y papel del campesino:

Hay algunos que critican a Trotsky porque según ellos ningunea el papel del campesino en la revolución, lo he oído varias veces pero nunca he entendido en base a que se dice. Para empezar, creo que el origen de todo esto está en una frase que dijo: “¡Abajo el zar, viva el gobierno obrero!”, a la cuál Stalin acusa de ser una frase que niega el papel del campesino. Esto evidentemente es una estupidez que Trotsky contesta en 1905 en el capítulo 5 de su libro. Para Trotsky, como para cualquier marxista, el campesinado no es una clase plenamente revolucionaria, tiene un papel conservador y primitivo que la puede convertir en garante del “orden” y de la “propiedad” cuando se hayan cumplido las tareas de la democracia burguesa, pero vayamos por partes. Cuando se desarrolla la revolución proletaria, son estos, los obreros y soldados los que tienen un papel dirigente en esta revolución y en las tareas posteriores.

En el caso de Rusia, como hemos visto, el papel primario de la revolución proletaria será en palabras de Trotsky “liberarse del pulpo asfixiante del absolutismo”, o sea, hacer las tareas de la democracia burguesa. Cuando las tareas de la democracia burguesa estén resueltas el proletariado necesariamente habrá de pasar a las medidas socialistas, en las que encontrará elementos reaccionarios dentro del campesinado acomodado (como fue el caso de los Kulaks). Según Trotsky esto no puede impedir al gobierno revolucionario incluir en sus bases a campesinos, ya que para que le proletariado pueda consolidar su poder debe ampliar la base de la revolución, aunque siempre con un papel dirigente del proletariado.

Para aquellos que acusen a las posturas de Trotsky de negadoras del papel del campesino que lean esto:

“El proletariado se erigirá ante el campesino como la clase liberadora”

Esto no entra en contradicción con el reconocimiento de que sería necesario, desde el punto de vista del gobierno obrero buscar e incitar la lucha de clases entre la burguesía agrícola que frenaría el avance del gobierno obrero al socialismo y el jornalero (el proletario del campo) para poder ampliar esta base revolucionaria.

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